domingo, 21 de noviembre de 2010

Poemas (La luna invita)

En esta noche de luna llena me ha dado por desempolvar poemas (o al menos intento de poemas) que escribí hace algún tiempo... Les comparto este: 




Tómame entre tus brazos, no me sueltes
quiero morir así, sin que nada se interponga
entre tu pecho y mi amor, amor abrázame


Déjame sentir el calor de tu piel
no digas nada, sobran palabras para el latido
incontenible de tus venas

Tómame entre tus brazos, fuerte
quiero morir en la certeza de tu abrazo
acariciar y besar tu cuerpo-amparo
quiero morir así, amor, amor contigo

Abrázame, no me sueltes, cobija
este triste corazón que se marchita
que tu aliento infunda nueva vida
a la vida que me espera ahí, amor, sin ti a mi lado.

Tómame entre tus brazos, mírame
que no haya piel más desnuda que la nuestra
desnuda de deseo, vestida de ternura
de rebosante amor, amor abrázame

Quiero sentir en este último momento
la dulce sensación de tu cobijo
recostar mi cabeza entre tu pecho
escuchar el mar, perder el miedo
y volver a parirte como un hijo

Tómame entre tus brazos
quiero morir así, amor, contigo
morir en paz, dejarte lleno
de mi aroma y de mí, de mis latidos

Quiero morir así, anclada en ti, amor contigo
que tus manos escriban mi epitafio en nuestra piel
que tus brazos se vuelvan ataúd para mi cuerpo

Tómame entre tus brazos, que me muero
en este último instante te bendigo
no me sueltes, amor, estoy contigo
aquí me quedo, enredada en la magia de tu cielo
y gritando como siempre que te quiero

viernes, 12 de noviembre de 2010

Bolero

Su majestad, el bolero


Quien no haya amado al amparo de un bolero que tire la primera piedra


El bolero, más que un género musical, es una caja de sorpresas. Lo abres y lo mismo puedes reír, que suspirar o llorar a lágrima viva.


"¿Por qué no han de saber que te amo vida mía?" La serenata descubre al amor secreto, lo grita, lo presume. El bolero acompaña el principio del amor, el querer sin tregua, sin desmayo ni cansancio. El bolero sublima la nostalgia... "Aquellos ojos verdes de mirada serena dejaron en mi alma eterna sed de amor...", habla del dolor, del dolor qué solo entiende un alma enamorada, presa de la angustia: "ay, cariño, si vieras como estoy desesperado por tu ausencia..."; el bolero exige, apremia la caricia “bésame, bésame mucho... como si fuera esta noche la última vez"; endiosa la belleza de la mujer amada "bonita, como aquellos juguetes, que yo tuve en los días infantiles de ayer…"


El bolero convierte al ser amado en una fibra única de amor, lo entrega por completo a la persona amada "No existe un momento del día, en que pueda apartarte de mí…" Le canta de manera poética al amor sucumbido "están clavadas dos cruces en el monte del olvido por dos amores que han muerto sin haberse comprendido...". Con el bolero bajas la guardia : “llévame si quieres hasta el fondo del dolor, hazlo como quieras por maldad o por amor...”


También da cuenta del amor prohibido, censurado: “porque tu amor es mi espina por las cuatro esquinas hablan de los dos, que es un escándalo dicen y hasta me maldicen por darte mi amor...” En el bolero hallan cobijo también los amores contrariados, enfermizos. "Tal vez sería mejor que no volvieras, quizá fuera mejor que me olvidaras, volver es empezar a atormentarnos, a querernos para odiarnos sin principio ni final". De la fatalidad: "quisiera abrir lentamente mis venas, mi sangre toda verterla a tus pies, para poderte demostrar que más no puedo amar y entonces morir después."


La dualidad que siente el enamorado se expresa perfectamente cuando dice: “de noche cuando me acuesto a Dios le pido olvidarte y al amanecer despierto tan solo para adorarte” o cuando canta con el corazón adolorido: “te odio y te quiero porque a ti te debo mis horas amargas mis horas de miel... “ El egoísmo del amor cabe perfecto en un bolero: “quiero que vivas sólo para mí y que tu vayas por donde yo voy...” Lo amargo de la decepción: “cuán falso fue tu amor, me has engañado”. El bolero reclama y ofende desde la justicia de las heridas: “hipócrita, sencillamente hipócrita, perversa te burlaste de mí”. Y la fatalidad asoma de nuevo: "en la vida hay amores que nunca pueden olvidarse...”


El bolero obliga a crear nudos, a atar para no perderse: “júrame que aunque pase mucho tiempo no olvidaras el momento en que yo te conocí”. También sentencia, dicta el destino: "mía, aunque tú vayas por otro camino y que jamás nos ayude el destino, nunca te olvides, sigues siendo mía"
Enfrenta la tragedia: "nosotros, que nos queremos tanto debemos separarnos no me preguntes más”. Se tutea con la eternidad: “hemos jurado amarnos hasta la muerte y si los muertos aman después de muertos amarnos más”.
 Le canta con palabras tiernas incluso a la obsesión: “amor es el pan de la vida, amor es la copa divina amor es un algo sin nombre que obsesiona al hombre por una mujer”. Reta al destino: “por más que se oponga el destino serás para mí”. Culpa a Dios: “aunque no quieras tú ni quiera yo, lo quiso Dios...”; brinda consuelo y compañía: “si tienes un hondo penar piensa en mí, si tienes ganas de llorar piensa en mí”. 
Engrandece el sentimiento propio: “que sabes tú lo que es estar enamorado...” Confía y espera: “cuando estés convencida que nadie en el mundo te pueda querer como yo...” Ofrece imposibles: “toda una vida estaría contigo...· Culpa al ser amado de todo sufrimiento: “usted es la culpable de todas mis angustias y todos mis quebrantos”. Culpa y halaga al culpar...
El bolero retrata la ansiedad del enamorado: “Dejo el lecho y me asomo a la ventana, contemplo de la noche su esplendor me sorprende la luz de la mañana en mi loco desvelo por tu amor”.

El bolero no pasa de moda, el bolero siempre está para gritar el amor, para curar el dolor o para ahondarlo. El bolero, compañero de vida.


Estas noches de clima tan agradable pueden ser el pretexto ideal para un grato encuentro amoroso. Abrace a su pareja y sólo dejénse llevar por las notas de un bolero eterno: “te amaré toda la vida, todos los años los meses y los días…”


No se arrepentirá. Nunca falla… Su majestad… el bolero