- Una de las mejores cosas de madurar es que te vuelves libre de verdad. Atrás quedan las actitudes a veces un tanto intolerantes que sueles tener cuando eres inmaduro. Recuerdo que hubo una etapa en la que ninguna persona que no compartiera mis gustos musicales o literarios entraba a mi círculo de amigos. Qué error más grande, si mientras más amplio y variado sea el espectro de gustos y aficiones más se enriquece tu mundo. Es cierto que mis amigos cercanos siempre serán los más afines a mi en muchos aspectos, pero eso ya no es obstáculo para abrirme a la maravilla que significa compartir experiencias y puntos de vista diferentes.
- También madurar significa entender mejor a los demás y no hacer aspavientos por nimiedades. Eso no es sinónimo de que nada importe, al contrario. Creo que se trata de darle el justo valor a todo. No significa perder la capacidad de asombro o indignación, sino que ahora sé cómo manejarla mejor, cómo responder con equilibrio a las situaciones.
- Madurar significa ser totalmente libre de ser como soy, porque ya sé lo que quiero y por qué; porque ya tuve caídas y dolores suficientes para hacerme más humana y comprensiva, porque también aprendí a valorar las maravillas de la vida en cada experiencia hermosa que he vivido. Madurar significa comprender que el mundo no es negro o blanco, sino que tiene muchísimos matices que lo hacen único e interesante. Significa que no me importa lo que piensen los demás de mis actitudes o de mi persona porque ya sé perfectamente quién soy. También aprende a no juzgar con dureza las actitudes de los demás, a no menospreciar gustos y aficiones aunque no las compartas. Creo que también significa aumentar significativamente la reserva de compasión, auténtica, que tienes en el corazón.
- Significa valorar más tu tiempo personal y en familia que cualquier otra actividad. Entender que es en la familia el único sitio donde eres realmente indispensable e insustituible. Significa disfrutar a fondo, reír más a menudo, celebrar todos los días.
- En el camino hacia la madurez hice buenos amigos, amigas insustituibles. He amado y amo con generosidad, sin egoísmo.
- Madurar, que no necesariamente se liga al avance de los años, es una maravilla. Y es también un proceso que no acaba, no es una cima, sino un camino constante.
Siempre estamos "en tiempo de..." En tiempo de amar, pensar, recordar, sentir, festejar, trabajar, aprender, enmendar, perdonar, escribir, compartir, vivir, experimentar. De ahí el nombre, de ahí las ganas, de ahí el intento... Bienvenidos todos
jueves, 12 de agosto de 2010
Madurar
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